martes, 29 de diciembre de 2009

Y aquí estoy, esperando a que el carro de Faetón surque el cielo sin pizca de ganas de dormir y aferrado a tu recuerdo. El porqué no lo sé, quizá sea una broma de mi subconsciente que se olvida de que el día de los inocentes ya terminó hace bastante rato, o a lo mejor es que tu imagen me persigue como un némesis inevitable.
Malgré tout
sigo vivo,
y quizá eso es lo que importa,
sigo oyendo música,
leyendo
entre el frío de la madrugada,
oteando el horizonte
cuando nadie más lo mira,
mojándome en la lluvia,
riendo en callejones,
muriéndome de pronto a cada paso.

Algunas noches, me parece encontrar tu olor entre las sábanas, pero me doy cuenta de que es tarde, y entonces me conformo con maldecir a Cortázar y a los relojes regalados, y a las historias de cronopios y famas que moldean un mutismo carpetovetónico por tu parte.

Malgré les malgrés
, sigo vivo
y quizás eso sea lo que importa.